El sistema de salud de Estados Unidos es uno de los más complejos en el mundo. A diferencia de otros países, no cuenta con un sistema universal de atención médica para sus ciudadanos. En su lugar, existe una combinación de seguros privados y programas públicos que intentan cubrir las necesidades de la población.
Conoce cómo funciona el sistema, cuáles son sus características principales, y cuáles son los desafíos que enfrenta en términos de accesibilidad y calidad.
¿Cómo funciona el sistema de salud de Estados Unidos?
El sistema de salud en Estados Unidos se basa en un enfoque mixto, donde trabaja principalmente a través de servicios privados y, en menor medida, públicos. Su departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS) es el principal organismo responsable del cuidado de los ciudadanos.
Modelo de sistema de salud en Estados Unidos
El sistema estadounidense depende en gran medida de los seguros de salud privados. La mayoría de los ciudadanos adquieren su cobertura a través de sus empleadores, y representa al 49% de la población. Además, existen programas de seguro público como Medicare y Medicaid, diseñados para grupos específicos.
Por ejemplo, Medicare está dirigido principalmente a personas mayores de 65 años y a algunas personas con discapacidades, mientras que Medicaid se enfoca en las personas con bajos ingresos.
Se estima que alrededor del 8% de la población sigue sin tener acceso a un seguro de salud, lo que los deja expuestos a altos costos médicos en caso de enfermedad o accidente.
Por otro lado, el sistema de salud en Estados Unidos se caracteriza por ser altamente descentralizado, es decir no existe una entidad única que regule o coordine la atención médica a nivel nacional. En su lugar, son los estados los que regulan los seguros y los servicios de salud.
La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, que se aprobó en 2010, conocida como "Obamacare", tiene como objetivo aumentar el acceso al seguro médico y reducir los costos de la atención sanitaria. Aunque la ley logró disminuir la cantidad de personas sin seguro, todavía muchos siguen atravesando esa situación.
Nivel de salud en Estados Unidos
Estados Unidos se enfrenta a significativos problemas de salud pública. Si bien cuenta con tecnología médica avanzada y los mejores hospitales del mundo, los indicadores de salud a nivel nacional no reflejan un sistema eficiente y equitativo.
Uno de los indicadores más preocupantes es la esperanza de vida, que fue disminuyendo en los últimos años. A partir de 2020, la esperanza de vida promedio en Estados Unidos es de alrededor de 76 años, por debajo de la mayoría de los países desarrollados.
Esto se debe en parte a la alta prevalencia de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas, y la obesidad, problemas que afectan a gran parte de la población.
Por otro lado, el país norteamericano enfrenta una crisis de salud mental y abuso de opioides, que cobró miles de vidas en los últimos años. Las tasas de mortalidad materna e infantil también son altas en comparación con otros países, lo que refleja desigualdades en el acceso a la atención prenatal y a servicios médicos esenciales.
Problemas del sistema de salud en Estados Unidos
Uno de los principales problemas del sistema de salud estadounidense es su elevado costo, siendo el país que más gasta en salud a nivel mundial.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Estados Unidos invierte alrededor del 17% de su Producto Interno Bruto (PIB) en salud, una cifra significativamente mayor que la de otros países con sistemas universales.
La fragmentación del sistema y la falta de coordinación entre los proveedores también es un problema frecuente. Los pacientes a menudo tienen que navegar por un laberinto de especialistas, hospitales y seguros que no siempre están alineados y puede generar retrasos en la atención y duplicación de pruebas y procedimientos.
Los altos costos administrativos son factores que complican aún más el sistema de salud en Estados Unidos: los seguros privados, la facturación médica, y la fragmentación del sistema generan una carga administrativa que contribuye al encarecimiento de la atención.